Puede que el momento sea ahora, que son las cinco de la mañana y dormir ha pasado de ser imposible a ser para cobardes y que le pica la cicatriz a la altura del codo. Ahora que se le ha fundido el flexo, no le quedan donuts y está cansado de preguntarle a la oscuridad si hay alguien ahí y que no le contesten ni las musarañas.
La luz de la pantalla del ordenador se desparrama sobre los azules de los vaqueros. Podría estar viendo porno de caracoles, o porno normal. O fotos de estrellas de mar. O alguna clase de peli que sobrepasa la imaginación perturbada de cualquier guionista de pelo graso y tres gramos de cocaína dentro. Todo puede ser, pero el caso es que tiene el radiocasette encendido y el altavoz del ordenador apagado, por si las moscas o por si los pocos fantasmas que caben en un piso tan pequeño y tan vacío se acercan a su puerta cerrada. Que prefiere que se crean que está escuchando ABBA.
Se empieza cuando uno intenta aclararse. O la gente no cambia o dar oportunidades, una detrás de otra, no es peor idea que dejar de darlas. Igual las dos cosas son igual de horribles, pero el vicio le empezó con la mano abierta que le tendía un hermano mayor que ya le odiaba después de empujarlo contra el ancla. Quizás sea un vicio de los bonitos, casi, no como el cenicero a rebosar y la espiral de humo haciendo daño a la calma hueca que quería reinar antes de que se rebelara Lucky Strike.
Como por ahí no sirve, casi le sale mejor decidir si está en paz consigo mismo. Pues oye, va a ser que sí, que así el efecto a su alrededor es el mismo pero él duerme un par de horas más y mejor.
Las amenazas son pequeñas fuera porque él es pequeñito y un personaje secundario.
¿Las amenazas fuera?
¿Entonces las amenazas están dentro?
El momento en el que decides que el enemigo (el mayor enemigo) eres tú mismo no es ahora, es con la primera peli de acción que ves, o con Star Wars.
La cosa no es que el enemigo seas tú. El quid de la cuestión es
¿importa?
Ah.
No.
-Pues entonces, al fin y al cabo, no se está tan mal.
(Ésta es la respuesta, lo sepa o no, de Xerxes Eidos a la pregunta ¿eres feliz? Ésta y no volver a abrile la puerta a ningún representante de ninguna clase de Salvación Eterna.)
Fuera, el desierto se extiende hacia todas partes, y la lluvia nunca llega. Comer metáforas y tristeza es mala idea para todos pero nadie quiere ser peor que los demás. A él no le duelen las heridas porque ya no hay agua marina con la que sanarlas. Él sonríe, porque siempre sonríe, y cuando la oscuridad responda no hay nadie aquí, él dirá bueno, y qué.